En la casa de acogida tenemos algunos libros de lectura: novelas, cuentos y cómics. Pero es muy raro ver a un niño leyendo ninguno de estos libros. En cambio, es bastante común ver a los niños con los libros del cole, memorizando lo que dice. Es como si se prepararan para jugar una partida de Trivial, y todo lo que tengan que leer que no les prepare para ello es perder el tiempo. Es imprescindible aquí saber quién puso el nombre del Océano Pacífico o cuál es el nombre del lago que se encuentra además altitud o cuál es la altura, exacta, del Everest.
En Nepalí utilizan el mismo verbo para decir «leer» y «estudiar»: Parnu (पढ्न). Ha aumentado mucho el número de personas alfabetizada. Pero todavía no está muy extendida la cultura de la lectura por placer.
Hace unos meses Nerea Guezuraga inició una actividad con los niños de secundaria para fomentar la lectura y mejorar el inglés. Cada noche, después de la cena, de 7 a 7:30, nos hemos reunido en una de las habitaciones y hemos escuchado un par de páginas del primer libro de Harry Potter, leído por el actor Steven Fry. En los momentos más interesantes, o complicados, parábamos la grabación y lo leía despacio un niño u otro y lo comentábamos.
Durante meses hemos mantenido esta buena costumbre. Al principio los niños eran más reticentes, pero hacia el final del libro, ya no era necesario ir a buscar a los niños en sus habitaciones, sino que rápidamente, después de cenar iban hacia la habitación de lectura. Y muchos días pedían hacer una página extra.
Finalmente este domingo ¡hemos terminado «Harry Potter y la piedra filosofal»!
Este martes es festivo: Sonam Losar (el año nuevo de la casta Tamang), así que aprovechamos el lunes por la noche para proyectar la película del libro que hemos terminado de leer. Y así celebramos el primer libro de más de cien páginas que todos estos niños y niñas han leído.
En dos meses los niños ya tienen que hacer los exámenes finales. Una vez se acaben, empezaremos el segundo libro: «Harry Potter and the Chamber of Secrets». Hasta entonces, los niños se concentrarán para ser mejores jugadores de Trivial!
En Bhimphedi hay una escuela pública que ofrece clases de primero de primaria hasta décimo (equivalente a 4º de ESO). Y también hay una pequeña escuela comunitaria que ofrece clases de guardería hasta quinto de primaria.
Los niños y niñas de la casa de acogida los llevamos a la escuela comunitaria hasta que es posible, porque el número de alumnos por clase es menor, porque hacen más clases en inglés y sobre todo porque las clases son mucho más regulares.
Cada año, la escuela comunitaria organiza en el último trimestre una excursión para los niños de quinto, y por tanto el último trimestre que pueden estudiar en la escuela comunitaria. El día antes, todos los niños de quinto y los profesores prepararon todo lo necesario para la excursión: comprar la comida y cocinar todo lo que se puede preparar el día antes y poner el equipo de música a cargar, no hace falta nada mas.
El programa era sencillo: con el transporte reservado para la ocasión, vamos hacia Hetauda y visitamos tres lugares diferentes: primero un templo (Kusmanda Sarobar), luego otro templo/picnic (Banaskhandi) y finalmente un parque infantil (Puspalal Park). ¡Todo el mundo está muy excitado!
Por la mañana los dos niños de la casa de acogida que estudian en quinto se levantan bien temprano y se arreglan para ir a la ciudad! A las 7:40 ya están en la escuela preparados. Pero los profesores los envían de nuevo a casa, y les dicen que vuelvan una vez hayan comido dalbhat. ¡Finalmente a las 9:30 salimos hacia Hetauda!
La primera parada, Kusmanda Sarobar, es un templo muy curioso que se encuentra en medio de la laguna del río. Alrededor del templo hay 108 fuentes, con forma de cabezas de vaca. El 108 es un número propicio en el hinduismo y el budismo. Luego, nos ponen a todos una «tica» con estilo. Y todo el mundo le pide un deseo al oído de una vaca de metal. Y listos, volvemos al autobús para ir hacia la siguiente parada!
¡Qué fácil! ¡qué simple! Un templecito rodeado de un montón de fuentes. Un anciano poniendo un punto de color en la frente. Una figurita y todos, alumnos y profesores, ¡encantados y felices! Y los niños españoles se aburren en la Alahambra…
Pero mientras pensaba eso, la cosa se pone interesante. Para ir hacia la siguiente parada, tenemos que cruzar el río, y el puente está en obras, así que el conductor, sin dudar, ¡lo atraviesa! El agua entra por la puerta del autobús, pero no hay problema, seguimos adelante. Esto sí que ha sido emocionante, y sin planear, como las mejores cosas en Nepal.
El siguiente lugar a visitar, Banaskhandi, es un bosque donde han puesto varios templos y algunos cubiertos para hacer picnics. Y allí nos estamos 5 horas. Comiendo, bailando, cantando y haciendose fotos en los templos. Muchos otros grupos de niños y no tan niños también hacen lo mismo.
Y cuando digo picnic, no penséis en bocadillos de pan de molde, ¡no! Ellos hacen un fuego en el suelo para hacer el arroz, otro para preparar las verduras fritas y otro para preparar el pollo (que en muchos casos trocean allí mismo. Muy apañados. Cambia el entorno, pero no el menú.
Y cuando ya son las 4, y parece que es hora de volver a casa. Entonces en un santiamén, lo recogen todo y volvemos a subir al autobús para ir hacia el parque infantil. El conductor del autobús, que también se pensaba que ya volvíamos a casa, se queja diciendo que ya pasa de la hora que habían reservado el autobús. Pero a pesar de quejarse, sonríe y se dirige hacia el Puspalal Park.
Cuando llegamos al «parque infantil» entiendo por qué vamos tan tarde. No es más que un jardín, donde hay una «piscina enorme» que quizás fue construida como piscifactoría. Y que ahora hay una barca. Pagamos los tickets, y nos dan una vuelta por la piscina. Todo el mundo está muy contento. Parece que yo soy el único que lo ha encontrado un poco ridículo como parque infantil… pero lo disimulo y finalmente también me lo acabo pasando bien!
Escrito por Isabel Valero, voluntaria en la casa de acogida de Bhimphedi
Una cosa que me gusta de celebrar los cumpleaños aquí es que nunca se celebran de la misma manera. Y este mes hemos tenido bastantes!
Quizás empezamos el día con un «happy birthday!» Y haciendo cosquillas a primera hora de la mañana para que se despierten, o quizás tienes que perseguir alguno de los más grandes porque les da vergüenza que vayas gritando «Feliz cumpleaños!», pero es una cosa que hace alusión a cualquier edad!
O quizás te toca felicitar doble como a los gemelos Kush y Love, que sueltan una sonrisa aún más grande de la que tienen, que no es poco!
Y luego están las actividades de cumpleaños especiales y arriesgadas, como hicimos para el cumpleaños del más pequeño de Balmandir, Manuj.
A Dani se le ocurrió que le podríamos hacer una gincana por la casa de acogida para encontrar los regalitos que le teníamos preparados (unos lápices de colores, unos globos, un gorro y guantes para el frío y un cocodrilo de madera). Pero al final nos animamos y la gincana se amplió a todo el pueblo!
Le hicimos un mapa del tesoros con los lugares marcados donde debía ir. La misión se complicaba cuando al llegar a los lugares, tenía que decir «Hoy es mi cumpleaños» (en castellano!), Y si lo decía bien, conseguiría el regalo.
Lo fuimos a buscar a las 16h a la salida de la escuela y después de explicarle cómo funcionaba el juego, empezamos a buscar.
Aquí en Nepal no están muy acostumbrados a hacer gincanas, por eso fue bastante divertido ver a Manuj ir de un lugar a otro con la vergüenza de ir diciendo la frase en español. Después de estar durante una hora y media paseándonos por todo el pueblo en busca de los «tesoros», parar a hacer un té en cada casa que entrábamos y de comer todos los dulces que nos ofrecían, por fin los consiguió todos !
El cumpleaños terminó, eso sí que no falla, con Manuj ofreciendo caramelos a todos los otros niños de Balmandir!
Después de los exámenes, los 8 días de fiesta de los niños pequeños y 3 para los grandes ha dado mucho «juego».
Hemos visitado el campo militar (aunque no nos han dejado pasar de la puerta), Dhorsing, el puente de Suping, hemos ido a buscar leña para cocinar (la India todavía mantiene el bloqueo comercial con Nepal, así que no tenemos gas para cocinar) y hemos ido al bosque a buscar «tarul» (un tipo de boniato que se come por este festival llamado Sangratri).
También hemos hecho muchas actividades deportivas: baloncesto, fútbol, tenis de mesa, actividades dirigidas por Kul (uno de los chicos que estudia el equivalente a cuarto de ESO y ayuda mucho en la casa de acogida)…
Y los voluntarios han organizado actividades de lo más divertidas:
– Una yincana por grupos con premios muy dulces:
– Un juego donde los dos equipos tenían que memorizar los símbolos que se encontraban en la base del otro equipo, y entonces correr hacia la propia base y reproducirlos lo más parecidos posible:
– Modelar con barro:
– Y también 5 niños participaron en un concurso de dibujo, donde debían hacer dos dibujos que hacen el efecto de tres dimensiones:
¡Pero hoy domingo los niños ya vuelven a las clases, con las pilas recargadas!
Escrito por Sergio Rodríguez, voluntario de la casa de acogida de Bhimphedi
Hoy hemos pensado que salir todos juntos a disfrutar de la naturaleza y darnos un atrevido baño en éste soleado día de invierno es una buena manera de enriquecer ésta semana de vacaciones para los pequeños de Balmandir (los grandes tienen clase). Nos vamos de excursión a un río cercano al barrio de Dhorsing. Así que empieza el reclutamiento.
Cómo todos están dispersos por el recinto y muchos se muestran reticentes a abandonar la comodidad de sus entretenimientos diarios, cómo la peonza, he intentado contagiarles las ganas a grito de “Who wants adventure”? Al final hemos logrado un buen grupo (casi todos) y hemos emprendido el camino.
La ida ha sido amena y divertida con una inesperada unión al equipo de una cabrita que nos ha seguido un buen tramo, batallando con los dos perros de Balmandir, que también han hecho toda la excursión. Tras cruzar el puente amarillo de Dhorsing nos hemos adentrado por caminos de la jungla hasta llegar al río. Agua congelada y pequeñas cascadas nos han recibido y hemos pasado un muy buen rato jugando en la arena y mojándonos los pies.
La vuelta un poco más durilla y con la separación del grupo en dos partes ya que los de adelante se han equivocado de camino. El segundo pelotón le hemos esperado en el puente amarillo con algo de comer y agua. Cansados pero a la vez contentos hemos hecho el camino de vuelta con una ilusión en mente: Dhalbat. Y la sensación de haber aprovechado cuatro horas con risas y buenos momentos.
En las dos excursiones que llevo con estos chicos y chicas me han asombrado múltiples veces con su agilidad, orientación, dominio del territorio, conocimientos del medio e incluso creatividad a la hora de crear herramientas y “juguetes” con lo que van encontrando por el camino.
Escrito por Isabel Valero, voluntaria en la casa de acogida de Bhimphedi
Namaste!
Esta semana me ha pasado muy rápida, pero no tanto a los niños y niñas de clase 1 hasta clase 5 que han tenido la semana de exámenes. Han estado todos estos días estudiando duro para poder aprobarlo todo.
Cada mañana, después del vaso de leche con arroz, han estudiado una hora. De vez en cuando, los voluntarios les preguntábamos lo que les entraba en el examen para comprobar que lo sabían. Y sí, la verdad es que se lo memorizan todo con mucha facilidad!
Después de coger fuerzas comiendo el dalbhat, hacían un último repaso y se preparaban, algo nerviosos, para afrontar el examen.
Dos horas después ya teníamos los niños y niñas de vuelta a la casa de acogida. Volvían bien contentos, no sé exactamente si por qué se habían sacado un examen de encima, sin pensar si lo aprobarían o no, o porque les había ido bien y sabían que sacarían buena nota. En todo caso, cada vez que les preguntábamos cómo había ido el examen siempre nos decían: «Muy bien!».
Después de distraerse unas horas, otra hora de estudio. Entonces, a las 4 de la tarde, cuando los grandes llegaban de la escuela, Kul, uno de los jóvenes de la casa de acogida, los dirigía en una sesión de actividades deportivas. Kul ayuda muchísimo, tanto en el huerto y granja, como cuidando a los niños pequeños.
Después de cenar, nos poníamos todos de nuevo a estudiar todo el temario del examen del día siguiente. Y así, durante 8 días.
El viernes terminaron los exámenes, y ahora, de premio, tienen una semana entera sin clase!
Esta semana, ya no les hacemos estudiar mucho, y en cambio vamos a hacer excursiones, hacemos actividades lúdicas (juegos de campo, utilizar el ordenador, jugar al mecano, a las peonzas que se fabrican ellos mismos…). Por la noche, aprovechamos para poner películas en inglés y pasar un rato bien relajado todos juntos.
El viernes, Irene y yo (Isabel), nuevas voluntarias en la casa de acogida, llegamos a Bhimphedi a las 12h desde Katmandú junto con 3 médicos, dos padrinos del proyecto, Dani y Ashok, un joven que iba a ver a sus hermanos.
Nos enseñaron la habitación y dimos una vuelta por el pueblo, con Mónica de guía. Es muy acogedor y tranquilo! Qué paz! Después fuimos a ver la casa de acogida y nos presentaron a los niños, con los que conviviremos 5 meses! En medio día ya me sentía como en casa!
El dia siguiente todavía nos estamos adaptando pero los niños nos lo ponen muy fácil! Cerca de la casa de acogida hay una estación hidroeléctrica y organizamos una excursión por la mañana. Nos dividimos en dos grupos para que fuera más fácil la visita.
Yo fuí con el primer grupo a las 10h. Después de caminar por el gran y oscuro pasillo hacia la estación, nos cuentan que ahora no funciona porque están guardando el agua para los meses más secos, y así por entonces, poder tener agua y energía. La verdad es que todo lo que nos cuentan y enseñan es muy interesante, Impresiona la dimensión de las turbinas, ¡son gigantes! Algunos niños nos hacen de traductores y nos explican un poco lo que nos dicen. Cuando estamos a punto de irnos de la estación conseguimos que nos enseñen la maqueta de todos los estadios por los que pasa el agua que nos habían contado, desde la presa hasta la estación. ¡Qué pasada!
El camino de vuelta fue más difícil que el de ida, ¡qué calor! Pero los niños lo hacen tan tranquilos y con chanclas… están acostumbradísimos. Una vez en el pueblo pasamos el rato haciendo un té y luego en la casa hasta que Raju, uno de los niños me avisa de: «Sorry! It’s Dhalbat time!» Me hace mucha gracia como esperan este momento del día.
Al terminar de comer, comienza la rutina y… «It’s study time!». Ayudamos a los niños a que hagan los deberes de la escuela, les cuesta ponerse ya que hace poco han vuelto a ir a la escuela, pero poco a poco van haciendo. Alguno de los pequeños se duerme leyendo!
Para terminar el día, antes de acostarse, algunos de los niños pequeños le dán un pastel casero a Kamal para su cumpleaños! Los oíamos cantar desde la biblioteca!
Ya vino hace unas semanas un payaso a traer risas en Balmandir! Ahora han llegado las acrobacias! El circo es en Bhimphedi! (sólo nos faltaría incluir un tigre o un elefante a nuestra granja…).
Víctor y Mery Ann, voluntarios de Amics del Nepal en el proyecto joven:
Después de cargar durante más de un mes con unos cuantos quilos de tela (regalo de la Asociación Gente Colgada) en la mochila, desde Barcelona pasando por la India y Katmandú, hemos podido colgarlas en un árbol para que los niños disfruten de esta actividad tan divertida. Bueno, en realidad las telas las colgaron los niños más grandes que tienen una habilidad increíble para trepar por dónde sea.
Pequeños y grandes se han volcado como locos para probar. Hemos empezado con un pequeño calentamiento, correr, saltar, mover un poco todo el cuerpo preparándonos para subir! Con el primer ejercicio les hemos enseñado una subida básica con la cual nos hemos encontrado de todo… los más pequeños que querían subir a toda costa como monos… pero no lo conseguían, las niñas que lo han pillado a la primera y los mayores presumiendo de sus músculos han subido al “Nepali Style” es decir cómo podían pero sin seguir las instrucciones.
Hemos seguido con algunas invertidas, para que pudieran ver el mundo al revés, grandes y pequeños han disfrutado de lo lindo de estar con la cabeza en los pies.
Para que siguieran poniéndole interés les hemos hecho una pequeña demostración de algunas figuras, subidas, bajadas, con las que se han quedado todos de piedra (con lo difícil que es que se queden quietos…) y con la boca abierta!
Hemos repetido el taller algún día más pero por la lluvia no hemos podido aprovechar todo lo que nos hubiera gustado. Pero aunque ya nos vamos para Katmandú para seguir con el proyecto joven antes de volver para la India, dejamos un trozo de tela para que los niños sigan jugando o las utilicen de columpio.
Gracias a Dani y Anna por habernos acogido en Bhimphedi, a Amics del Nepal por hacernos participes de sus proyectos y a la Asociación Gente Colgada por regalarnos las telas que esperemos sacarles mucho provecho estos meses tanto en Nepal como en la India.
Aparte de las acrobacias y de la yincana, Víctor y Meri Ann han colaborado en otras tareas como arreglar la entrada, poner unas porterías para jugar al fútbol o llevar a los niños al río.
Hoy, es domingo, día de escuela en Nepal, pero no hay clase. Los niños ya hace 6 días que no van a la escuela, aquí esto es habitual, no hay clase y no se sabe muy bien porqué. Pero en el día de hoy si que conocemos la razón, el gobierno Nepalí finalmente ha aprobado la constitución. Hacía siete años que se esperaba este momento, tal vez si que esto merece dos días de vacaciones.
Aprovechando la visita de Víctor, MeryAnn y Anna hemos podido organizar una yincana que nos ha tenido toda la mañana bien ocupados.
Todos los niños de Balmandir se han distribuido en los cuatro equipos y han participado con mucho entusiasmo de las 12 pruebas y retos que les hemos propuesto. Ha sido muy chulo ver a todo el mundo tan entregado, incluso el director ha tenido su implicación.
La yincana se ha organizado en torno a una gran bola del mundo y 4 continentes: América, Europa, África, Asia-Oceanía (no teníamos más personal para hacer todos continentes por separado). A cada equipo se le ha dado una tarjeta con el nombre de una ciudad o país. Lo primero que había que hacer era buscar la ciudad o país en el globo terráqueo y descubrir en qué continente se localizaba. Aquí hay que decir que los voluntarios hemos flipado! No sabían dónde estaba nada, «Is Paris in Africa?» «Sydney in Europe?» Madre mía! ¿será que con tantas vacaciones en escuela no han tenido tiempo para la geografía?
Una vez descubierto en qué continente se localiza el país o ciudad, había que irlo a buscar. Cada voluntario estaba distribuido por el jardín, con un cartel que indicaba qué continente representaba: Mery en África, Dani en Europa, Víctor en América y Anna en Asia-Oceanía. En cada continente había que superar una prueba y una vez hecha se les daba una puntuación y un nuevo nombre de ciudad o país. Entonces tenían que volver al globo para saber cuál era el siguiente continente a visitar.
Todos corrían y saltaban, gritaban y reían, yendo de continente en continente, pasando casi siempre por la bola del mundo, custodiada por el director del centro. Han tenido que superar una carrera de obstáculos, construir una torre humana y una de piedras, transportar agua a la pata coja, hacer puntería e incluso un collage. Y como reto final han tenido que construir una catapulta y ver quién tiraba una pelota más lejos.
Los resultados de todas estas pruebas han quedado anotados en una hoja. Por la tarde hemos hecho el recuento y por la noche la entrega de premios. Como estábamos muy contentos con su implicación y participación, los hemos premiado con una gorra solar a todos y los ganadores han tenido además un kit-kat de chocolate. Los segundos, terceros y cuartos clasificados también han tenido un pequeño premio, una chocolatina, que era más pequeña cuanto más lejos de la primera posición han quedado.
Esperamos que hayan aprendido algo de geografía con esta actividad, y sino al menos, nos lo hemos pasado todos muy bien! Y además todos tienen una gorra solar, que algunos no se la sacan ni para ir a dormir…
Estos días estamos de vacaciones en Bhimphedi. La escuela pública cierra en la época de lluvias, por qué para los niños que vienen de las montañas y tienen que cruzar el río sería difícil llegar a la escuela. Así, nosotros hemos aprovechado para dividir los 28 niños y niñas del centro en cuatro grupos, cada grupo representa a un país imaginario que se han inventado ellos mismos. A lo largo de los próximos meses los grupos se enfrentan a diferentes pruebas, juegos, competiciones deportivas, actividades artísticas … en las que reciben diversas puntuaciones.
Hasta ahora ya han diseñado la bandera del país, han competido en fútbol y bádminton y han creado el mapa de su país imaginario (con diferentes regiones, poblados, ríos … todo con nombres imaginarios). Próximamente harán una prueba creando origamis (figuras de papel), una película, un vídeo utilizando «stop motion», crearán juegos de mesa y explicarán un cuento utilizando sombras.
Ya os iremos explicando cómo discurren las diferentes pruebas, y podréis ver el resultado de algunas de estas obras!