Mikel Zubiaga y Nerea Guezuraga, voluntarios del proyecto Awasuka y del centro de acogida de Bhimphedi entre los meses de Agosto y Octubre:
Como ya os comentamos hace un tiempo, debido a los terremotos de abril y mayo, el edificio de la Dinastía Rana (1846-1951) que tenemos dentro del centro de acogida quedó afectado estructuralmente. Se trata de un edificio construido para la familia que fue gobernante de Nepal, con lo cual tiene una calidad arquitectónica como pocos edificios de la zona. Después del terremoto se decidió que ante la inestabilidad del mismo, sólo iba a ser utilizado como almacén, al menos hasta que fuese intervenido estructuralmente.
En el viaje de identificación realizado por el equipo del proyecto Awasuka en julio se hizo un análisis estructural del mismo y se identificó la que es la causa principal de las grandes grietas que el edificio tiene en sus muros exteriores: la estructura de la cubierta había sido modificada en algún momento de la historia del edificio, haciendo que su funcionamiento estructural no fuese como el que originalmente debía ser. Los tornapuntas (las barras diagonales) de las cerchas habían sido retirados dejando solo una de las diagonales en una de las cerchas. En condiciones normales la ausencia de este elemento no era un gran problema a corto o medio plazo… pero vino el terremoto.
Así pues, antes de reparar las grietas y reforzar las paredes lo primero que había que hacer era reparar la estructura de la cubierta. Lo que en principio parecía tarea sencilla, poner las nuevas diagonales en el lugar marcado por las anteriormente existentes, nos ha dado varios dolores de cabeza y nos ha hecho sudar de lo lindo.
Antes de empezar, cuando estábamos analizando las patologías del edificio nos dimos cuenta de que los tirantes de las cerchas cambiaban de tamaño en el sitio donde está la pared interior que separa las habitaciones de las escaleras. Así que lo primero que hicimos fue picar parte del suelo de la buhardilla para ver cómo estaba el citado tirante y vimos que, efectivamente, estaba formado por dos vigas de diferente tamaño, pero por suerte la unión estaba bien realizada, así que el tirante funciona como tal.
Los siguientes días los pasamos con continuos tiras y afloja con el carpintero local, Bahadur, que contratamos para hacer la obra. Él es un carpintero con muchos años de experiencia y nosotros unos extranjeros que le venimos a decir cómo hay que intervenir en un edificio histórico de su propio pueblo… Os podéis imaginar cómo nos veía… «Los pesados de turno que vienen a decirme como tengo que hacer mi trabajo»… No fue fácil empezar.
Le tuvimos que convencer de que los nuevos tornapuntas que inicialmente había serrado no servían, que tenía que repetirlos para que tuviesen la medida de los originales. Le tuvimos que convencer de que era necesario apuntalar todas las alturas del edificio. Y por último, lo más complicado fue convencerle de que, una vez puestos los tornapuntas, había que cortar la parte inferior ni más ni menos que del pendolón (la barra vertical de la estructura de la cubierta que acaba a la altura del tirante, pero no debe tocarlo!). ¿Cómo vamos a cortar esto? ¿Éstos que quieren, que se nos caiga el edificio encima?
Cuatro días de duro trabajo después salíamos del edificio siendo amigos de Bahadur, y habiendo conseguido que la estructura de la cubierta vuelva a funcionar correctamente.
Antes, durante y tras la obra hemos vaciado y limpiado el edificio… El siguiente paso será reparar las grietas y reforzar los muros, con lo que el edificio será capaz de resistir, además del paso del tiempo, futuros terremotos, aunque esperamos que no lleguen pronto…
Nepal es un país extraordinariamente sorprendente. Por más tiempo que pase no te deja de darte sustos, arrancarte una sonrisa, maravillarte por algo inesperado; de sorprenderte con cosas que el día antes no habías previsto y te harán cambiar cualquier plan que hubieras, ingenuamente, preparado. Vivimos en el día de los inocentes perpetuo.
Hace unas pocas semanas se aprobó una constitución que se había hecho rogar durante años y años. No es sencillo acordar nada en un país tan diverso en culturas, religión, idiomas e idiosincrasias. Un país donde el sistema de castas sigue muy presente, donde los matrimonios concertados por los padres son la norma, donde hay más de cien idiomas diferentes, caras con facciones de lo más variadas, gente que quiere un país comunista, hinduista, liberal, federal… Pero el parlamento aprobó la constitución, y en muchas regiones encendieron velas para celebrarlo e incluso tiraron petardos.
Pero en el «Terai» en la parte sur del país, en la parte selvática que hace frontera con la India, zona donde viven principalmente las castas Tharu o Chhaudari no están muy contentos. Llevaban semanas haciendo presión con huelgas para que Nepal no fuera dividida en 7 provincias que dividen el Terai.
Nos despertamos un día cualquiera por la mañana, y nos dicen que India ha declarado un bloqueo comercial con Nepal, que las fronteras están cerradas para el comercio! No entendemos nada. Preguntamos las razones: «La India no le gusta nuestra nueva constitución de Nepal por qué nos tienen envidia de que tenemos una constitución mejor que la suya» nos dicen … Otros dicen «En el parlamento Nepalí hay unos veinte parlamentarios que son indios y han pedido a sus amigos en la India que los ayuden «. Surrealista… Pero la gente dice que en un par de días esto se solucionará…
Nos levantamos otro día y leemos en el periódico que el parlamento de Nepal ha creado una comisión con los líderes de los tres partidos principales para dialogar con los líderes políticos del Terai para desatascar la situación. ¿Qué? ¿No era un bloqueo de la India?
Hablas con la gente y ellos siguen diciendo que es culpa de India (y, por supuesto, también de los políticos que son todos unos corruptos…). Dicen que en un par de días se empezarán a importar cosas de China, si la India no cede…
Pasan los días… ahora ya nadie dice que se solucionará pronto… Ya es muy difícil conseguir gasolina, los taxistas hacen días de cola para conseguir diez litros de gasolina. Ya no se puede encontrar gas para cocinar, la gente vuelve a cocinar con leña (incluso en las ciudades)… muchos restaurantes han cerrado, otros se han adaptado y reducido su menú…
¿Cómo evolucionará la situación? ¿Cómo transportarán el arroz en las ciudades y pueblos sin gasolina? ¿Cuánto durará esta situación? ¿Abrirán las fronteras, almenos temporalmente, para las grandes fiestas de Dashain? Cualquier cosa que podamos intuir, predecir, adivinar, pensar; seguro que no sucede, o quizás sí… Nepal es un país extraordinariamente sorprendente.
Mònica Sans, Coordinadora de Bhimphedi AWASUKA, Programa de Mejora del Hábitat:
Julio de 2015
Después de dos años vuelvo a Bhimphedi. La primera sensación es como si me hubiera ido ayer, pero muchas cosas han cambiado: algunos niños se han ido de Balmandir y han venido nuevos, Dani está viviendo desde el pasado otoño y haciendo muchas mejoras, el pueblo ha visto irse a algunos de sus habitantes y ha recibido de nuevos… pero sin duda, lo más importante de todo es que Bhimphedi ha pasado un terremoto; el más violento que ha sufrido el país desde hace 81 años.
Este es el motivo que me ha llevado de nuevo a Nepal, en un viaje muy diferente a todos los anteriores. Voy acompañada de dos arquitectos especializados en cooperación: Pedro Lorenzo, del CCD-UPC y Emma Ferrer, de Base-A. En quince días, siguiendo las directrices de Pedro, nos proponemos identificar el estado de las construcciones de Bhimphedi, las voluntades del gobierno central y la situación social y organizativa del municipio; con el fin de ver las posibilidades de desarrollar un programa de reconstrucción.
Dani se nos une cuando llegamos a Katmandú. Ha dejado su amado Bhimphedi para acompañarnos durante el viaje, a todas las visitas y reuniones que hacemos. Él será una pieza básica de este proyecto, ya que reside en Bhimphedi y podrá hacer el control económico. Conoce bien el pueblo, sus gentes, la sociedad nepalí y su lengua, lo que nos facilitará mucho las cosas.
Desde dentro del taxi que nos recoge del aeropuerto, nos sorprendemos al ver que la ciudad no está ni mucho menos, tan afectada por el terremoto como nos esperábamos. Los medios sólo muestran imágenes de los centros históricos gravemente afectados, pero hay muchos barrios nuevos que han soportado el terremoto muy dignamente. Cuando llegamos a nuestro supuesto hotel, nos damos cuenta de que Dani nos ha conducido a casa de Geeta, la contable de Amics del Nepal. Muy generosamente, ella y su familia se han ofrecido a alojarnos en su casa durante nuestra estancia en la capital.
Los dos días en Katmandú pasan rápido. De tantas cosas que hemos hecho nos ha parecido una semana. Visitamos el Centro de Salud de AN, el barrio de Maijubahal, la Stupa, el barrio de Boudhanath, hacemos reuniones con NSET (Nepal Society of Earthquake Technology), con Bhupendra Pradhan y Juanjo Rodríguez, con la gente de Petit Món y en Dani Tejedor (arquitecto que colabora), con el Rotary Club Kantipur, etc… Todas las reuniones son muy interesantes, hay un gran interés en colaborar por parte de todas las ONG para trabajar de una forma más coordinada. Entre tanta reunión encuentro un momento para escaparme con Dani a ver uno de nuestros chicos que ha salido este año de Balmandir: el Ashok Siwakoti. Parece que está adaptándose bien a su nueva vida de ciudad y, además, estamos muy contentos de que en Bhuphendra nos eche una mano con su alojamiento.
Finalmente, llega el día de marcharse de Bhimphedi… la emoción y los nervios son indescriptibles.
El viaje transcurre sin problemas y hacia el mediodía llegamos al pueblo. Después de instalarnos en casa de Bhuphendra y de saludar a unos cuantos personajes, vamos directos a Balmandir. Pedro y Emma tienen mucha curiosidad por ver cómo será, ya que nunca antes han estado en un orfanato. Para su sorpresa, y como nos pasa a todos, encuentran que es un lugar mucho más alegre y bonito de lo que imaginaban. Se quedan encantados con el calor humano de los niños y del personal. A mí los niños me reciben como si fuera ayer, reclamando la canción «Water Paan». Me sorprende ver que aún la recuerdan después de 2 años, y que tengan tanto interés en cantarla. Sin darse cuenta, me encuentro en la sala de juegos, ukelele en mano y cantando con unos cuantos incondicionales. Después algunos de ellos me llevan a hacer una ruta por todo el orfanato, para ver las novedades: los patos, las gallinas y el corral, el huerto lleno de más hortalizas que nunca, el futuro estable de las búfalas, la «sala de cine», etc. Es muy gratificante ver todas las mejoras que se han hecho: bravo Dani!
Los siguientes días en Bhimphedi hacemos mucho trabajo: visitamos casas de los diferentes Wards y nos entrevistamos con diferentes personas y entidades del pueblo. Los miembros del VDC (Village Development Commitee), el comité 3E, la asociación de mujeres, la cooperativa agraria, etc. Durante las visitas nos encontramos con todo tipo de casas: totalmente derribadas, parcialmente afectadas y poco afectadas. Por suerte, en Bhimphedi el terremoto sólo ha dejado pérdidas materiales y no se ha tenido que lamentar ninguna víctima. Pero en estos momentos, el nivel organizativo es muy pobre. No hay alcalde, el secretario del gobierno ha llegado hace poco y la gente se encuentra en un estado de desprotección total: no saben qué hacer con su casa. Cuando llegamos nosotros, el ingeniero del gobierno ha revisado todas las casas de Bhimphedi y alrededores, haciendo su diagnóstico… Pero parece que tiene muchos errores y por eso nos encontramos mucha gente que lo está recorriendo, ya que no están de acuerdo con la catalogación de su casa.
A pesar de la desorganización gubernamental a nivel rural, nos llevamos una sorpresa agradable al encontrar a la gente de Agragaami muy bien organizada y con ganas de hacer cosas. Hacemos varias reuniones con ellos para ver si querían acoger un Programa de Mejora de Vivienda, y nos responden muy favorablemente. Este es sin duda uno de los resultados más positivos de nuestro viaje de identificación: encontrar un socio local que tenga interés en acoger el programa.
Un día antes de marcharse de Bhimphedi se hace la ceremonia de plantación de árboles en el campo polideportivo de Bhimphedi, que justamente se inauguró el día del terremoto. Vienen muchos miembros del Rotary Club Kantipur liderados por Bhuphendra, quien aprovecha el momento para hacernos un encargo oficial. Nos dice que quieren construir un edificio de servicios junto al campo multi deportes, y que querrían que éste fuera también uno de nuestros prototipos antisísmicos. Juanjo nos dice que está animado para conseguir financiación, pero ambos coinciden en afirmar que antes hay mucho trabajo por hacer, ayudando a las familias más necesitadas que no tienen casa. Pero quedamos de acuerdo en incorporar este encargo en nuestro programa.
Llega finalmente el día de volver a Katmandú, donde nos quedan todavía unas cuantas reuniones muy interesantes con Brian Peniston, Rabindra Puri y el presidente de NEA (Nepal Engineers Association). También vemos a Naresh y a Pemba, unos chicos que salieron de Bhimphedi hace un par de años, que estudian y trabajan gracias al proyecto joven de Amics del Nepal. Me emociona ver cómo los chicos poco a poco se van espabilando gracias a su propio esfuerzo, pero también gracias al apoyo y buenos consejos de Dani, que les hace de mentor.
Para terminar el viaje, visitamos Thamel, Durbar Square y Bhaktapur. Por primera vez en toda nuestra estancia, nos encontramos cara a cara con los efectos devastadores del terremoto: es impresionante ver la enorme destrucción que se puede causar en tan pocos segundos… una cosa es ver las imágenes por televisión, y otra muy distinta es encontrarte allí en medio.
Septiembre 2015
Mientras escribo estas líneas ya han pasado dos meses desde que volvimos. Parece mentira… Ha sido muy emocionante recordar nuestras aventuras durante aquellos quince días tan intensos. Le había prometido a Dani que escribiría este texto nada más volver, pero la verdad es que me ha sido imposible hacerlo antes. Nada más llegar, todo el equipo de arquitectos estuvimos inmersos en la elaboración de un informe de casi 100 páginas, liderado por Pedro. Entre otras cosas, estuvimos ordenando todas las fichas de las casas visitadas y situándolas en Google Maps. Mucho trabajo… pero que irá muy bien para iniciar la labor de la cooperativa de mejora de vivienda de Bhimphedi. (En este pueblo, y en casi todo Nepal, no hay planos municipal de parcelas, ni numeración de casas, ni nada de todo esto, y pensamos que utilizar la plataforma de Google Maps sería una buena iniciativa para empezar a ordenar un poco este tema).
A principios de septiembre hicimos una reunión de junta de Amicss del Nepal. Pedro, Anna Altemir (fundadora de Base-A) y yo misma, estuvimos explicando el programa de mejora de vivienda que se quiere hacer y su futura replicación en otras comunidades, si todo va bien. El proyecto tuvo muy buena aceptación, podemos anunciar oficialmente que Amics del Nepal apuesta por él. Ahora sólo falta saber la resolución de Caldes Solidaria, la ONG que cubre el 50% de esta aventura… Una vez lo sepamos, podremos dar la primera fase del programa por aprobada (hasta finales de Febrero).
En estos momentos el equipo de arquitectos está definiendo los prototipos de casas antisísmicas, en colaboración con especialistas de estructuras. El primer equipo de arquitectos que comenzará la construcción de prototipos marchará a mediados de Octubre.
Y para terminar, contaros que el nombre del programa es AWASUKA. Son las iniciales nepalíes de las palabras: Aawaas Sudhir Karyakram, que quiere decir: Programa de Mejora de Hábitat. Nos ha costado mucho encontrar este nombre, sobre todo, encontrar un equivalente a la palabra «Hábitat» en nepalí… pero gracias a Hem Adikhari (uno de nuestros chicos del Programa Joven de Bhimphedi), lo hemos conseguido!
Antes de acabar, quiero dar mi agradecimiento personal a un equipazo de gente inmejorable: Pedro Lorenzo (CCD-UPC) y Emma Ferrer (Base-A), por ser unos compañeros de viaje fantásticos; a Anna Altemir (Fundadora de Base-A), por ser una excelentísima coordinadora de equipos, a Andrea Llanas y Valeria Cid (Base-A), por ser unas trabajadoras incansables y siempre de buen humor; a Berta Marín (Base-A) que se nos ha unido algunos días ayudándonos con las fichas, a Inés García (estructurista y amiga) como nueva incorporación en consultoría de estructuras. Y en Nepal, a Mikel Zubiaga y Nerea Gezuraga, que han ayudado a completar algunas fichas que faltaban. Un agradecimiento muy especial para Dani Roig, que aparte de hacer una labor impresionante en el orfanato, se ha involucrado muchísimo en el proyecto AWASUKA y es uno de nuestros puntales más importantes.
Agradecimientos también para el equipo de traductoras: Marta Masip, Elisenda Medio, Rocío Moreno y Andrea Mauri, por haber traducido las notas del viaje del Pedro, en las que se basó el viaje de identificación; y a las voluntarias de Bhimphedi: Mar Úbeda, Laura Conde y Isabel Valero (futura voluntaria), por estar siempre dispuestas a ayudar en las traducciones de los posts y en lo que haga falta! 😉
A todos ellos: MUCHÍSIMAS GRACIAS POR SU IMPLICACIÓN CON Bhimphedi. Porque, como dijo Pedro Lorenzo durante la Junta de Amics del Nepal «Bhimphedi engancha!».
Ya vino hace unas semanas un payaso a traer risas en Balmandir! Ahora han llegado las acrobacias! El circo es en Bhimphedi! (sólo nos faltaría incluir un tigre o un elefante a nuestra granja…).
Víctor y Mery Ann, voluntarios de Amics del Nepal en el proyecto joven:
Después de cargar durante más de un mes con unos cuantos quilos de tela (regalo de la Asociación Gente Colgada) en la mochila, desde Barcelona pasando por la India y Katmandú, hemos podido colgarlas en un árbol para que los niños disfruten de esta actividad tan divertida. Bueno, en realidad las telas las colgaron los niños más grandes que tienen una habilidad increíble para trepar por dónde sea.
Pequeños y grandes se han volcado como locos para probar. Hemos empezado con un pequeño calentamiento, correr, saltar, mover un poco todo el cuerpo preparándonos para subir! Con el primer ejercicio les hemos enseñado una subida básica con la cual nos hemos encontrado de todo… los más pequeños que querían subir a toda costa como monos… pero no lo conseguían, las niñas que lo han pillado a la primera y los mayores presumiendo de sus músculos han subido al “Nepali Style” es decir cómo podían pero sin seguir las instrucciones.
Hemos seguido con algunas invertidas, para que pudieran ver el mundo al revés, grandes y pequeños han disfrutado de lo lindo de estar con la cabeza en los pies.
Para que siguieran poniéndole interés les hemos hecho una pequeña demostración de algunas figuras, subidas, bajadas, con las que se han quedado todos de piedra (con lo difícil que es que se queden quietos…) y con la boca abierta!
Hemos repetido el taller algún día más pero por la lluvia no hemos podido aprovechar todo lo que nos hubiera gustado. Pero aunque ya nos vamos para Katmandú para seguir con el proyecto joven antes de volver para la India, dejamos un trozo de tela para que los niños sigan jugando o las utilicen de columpio.
Gracias a Dani y Anna por habernos acogido en Bhimphedi, a Amics del Nepal por hacernos participes de sus proyectos y a la Asociación Gente Colgada por regalarnos las telas que esperemos sacarles mucho provecho estos meses tanto en Nepal como en la India.
Aparte de las acrobacias y de la yincana, Víctor y Meri Ann han colaborado en otras tareas como arreglar la entrada, poner unas porterías para jugar al fútbol o llevar a los niños al río.
Hoy, es domingo, día de escuela en Nepal, pero no hay clase. Los niños ya hace 6 días que no van a la escuela, aquí esto es habitual, no hay clase y no se sabe muy bien porqué. Pero en el día de hoy si que conocemos la razón, el gobierno Nepalí finalmente ha aprobado la constitución. Hacía siete años que se esperaba este momento, tal vez si que esto merece dos días de vacaciones.
Aprovechando la visita de Víctor, MeryAnn y Anna hemos podido organizar una yincana que nos ha tenido toda la mañana bien ocupados.
Todos los niños de Balmandir se han distribuido en los cuatro equipos y han participado con mucho entusiasmo de las 12 pruebas y retos que les hemos propuesto. Ha sido muy chulo ver a todo el mundo tan entregado, incluso el director ha tenido su implicación.
La yincana se ha organizado en torno a una gran bola del mundo y 4 continentes: América, Europa, África, Asia-Oceanía (no teníamos más personal para hacer todos continentes por separado). A cada equipo se le ha dado una tarjeta con el nombre de una ciudad o país. Lo primero que había que hacer era buscar la ciudad o país en el globo terráqueo y descubrir en qué continente se localizaba. Aquí hay que decir que los voluntarios hemos flipado! No sabían dónde estaba nada, «Is Paris in Africa?» «Sydney in Europe?» Madre mía! ¿será que con tantas vacaciones en escuela no han tenido tiempo para la geografía?
Una vez descubierto en qué continente se localiza el país o ciudad, había que irlo a buscar. Cada voluntario estaba distribuido por el jardín, con un cartel que indicaba qué continente representaba: Mery en África, Dani en Europa, Víctor en América y Anna en Asia-Oceanía. En cada continente había que superar una prueba y una vez hecha se les daba una puntuación y un nuevo nombre de ciudad o país. Entonces tenían que volver al globo para saber cuál era el siguiente continente a visitar.
Todos corrían y saltaban, gritaban y reían, yendo de continente en continente, pasando casi siempre por la bola del mundo, custodiada por el director del centro. Han tenido que superar una carrera de obstáculos, construir una torre humana y una de piedras, transportar agua a la pata coja, hacer puntería e incluso un collage. Y como reto final han tenido que construir una catapulta y ver quién tiraba una pelota más lejos.
Los resultados de todas estas pruebas han quedado anotados en una hoja. Por la tarde hemos hecho el recuento y por la noche la entrega de premios. Como estábamos muy contentos con su implicación y participación, los hemos premiado con una gorra solar a todos y los ganadores han tenido además un kit-kat de chocolate. Los segundos, terceros y cuartos clasificados también han tenido un pequeño premio, una chocolatina, que era más pequeña cuanto más lejos de la primera posición han quedado.
Esperamos que hayan aprendido algo de geografía con esta actividad, y sino al menos, nos lo hemos pasado todos muy bien! Y además todos tienen una gorra solar, que algunos no se la sacan ni para ir a dormir…
Casi cada semana visitamos el centro de salud de Bhimphedi o el hospital de Hetauda (la ciudad más cercana de Bhimphedi, a poco más de una hora en autobús). Pero cuando necesitamos hacer algo mas que una radiografía entonces ir a Hetauda sólo sirve para escandalizarse… Así que de vez en cuando nos toca ir con algún niño hacia Katmandú donde se pueden encontrar más hospitales y pueden hacer más pruebas.
Esta vez hemos ido con Arati (no os preocupeis, no tiene ningún problema grave), pero no penséis que la niña estaba asustada o preocupada de tener que ir al hospital. Por el contrario, era la oportunidad para ir a visitar Katmandú por primera vez en su vida! Ver todos aquellos lugares y monumentos que aparecen en los libros de la escuela y reencontrarse con muchos hermanos y hermanas que viven en Katmandú una vez dejaron el centro de acogida de Bhimphedi.
Bhimsen es la deidad hindú del comercio y la industria, venerado especialmente por los Newaríes.
En Bhimphedi se celebra cada agosto/septiembre el Bhimsen Jatra, la fiesta mayor del pueblo. Se trata de un sólo día de fiesta pero para los locales es el evento del año. Por la mañana se hace ofrenda a Bhimsen en el templo de la calle principal, momento en el que muchas familias sacrifican un gallo que después comerán. Esta calle principal se llena de gente durante todo el día, a diferencia de la calma que se respira cualquier otro día del año. Aparecen algunos puestos de venta de ropa, vendedores de globos, así como los habituales vendedores de helados y chucherías.
Por la noche hay un disc-jockey para los jóvenes, el cual sorprende bastante, porque perfectamente podría ser una discoteca de las que conocemos en Europa. Los jóvenes nos dicen emocionados que el año pasado duró una hora, y este año durará dos. Además se organiza un Bingo! Poco dinámico en nuestra opinión (el cuarto de hora entre número y número se hace largo…) aunque una vez más los locales lo disfrutan como niños.
Por último se pasea el «Rath» (una figura del dios Bhimsen) a los hombros de todo aquel que quiera llevarlo, rodeado de hombres que portan antorchas a grito de «Lío Lío Ha!! Ha!! Payo Payo Ha!! Ha!!» cuya traducción (del idioma Newarí, no Nepalí) no hemos sido capaces de conseguir.
Tal vez alguno os lo habréis preguntado, ¿Bhimphedi tiene algo que ver con Bhimsen? Pues sí. «Bhim» viene de Bhimsen, y «phedi» se refiere al «llano a los pies de las montañas». En Bhimphedi estamos en un valle de la primera cadena montañosa que separa el llano (Terai) y los enormes Himalayas.
¿Qué hacen dos nepalís, un catalán y cuatro vascos a las 4 de la mañana en un remoto valle de Nepal?
Nos espera una caminata de una hora hasta Damar, donde hemos quedado para recoger a nuestra Búfala (bhaisi en nepalí) y su cría macho. Está despejado, lo que hace que la subida sea más llevadera… y por suerte en Damar nos acogen con un riquísimo té, hecho como no, con leche de búfala recién ordeñada.
Al cabo de un rato nos traen nuestra búfala… aquí empieza la parte más interesante de la mañana: bajarlas por la larga pista hasta Bhimphedi sin que se nos despeñen o se paren a descansar en la mitad del camino… Dos horas más tarde llegamos a Balmandir y los niños las reciben con gritos y carreras, las acompañan hasta su nueva casa… y abrazan y estrujan por primera vez al pequeño de la familia.
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Estas últimas semanas hemos estado inmersos en la preparación de la cuadra para las búfalas y las cabras (bakhara en nepalí). Lo primero que hubo que hacer fue vaciar el espacio que íbamos a utilizar como cuadra ya que estaba lleno de vigas de madera. Algunas de ellas eran muy largas y pesadas por lo que tuvimos que pedir ayuda a los trabajadores de la cárcel. Después de que Dani visitara la cárcel por lo menos diez veces para pedirles ayuda al fin vinieron …
Dos semanas más tarde al fin tuvimos el espacio vacío, con lo que empezamos con las reparaciones… y parecía fácil: una de las vigas estaba partida, uno de los pilares totalmente podrido, al sustituir éste tuvimos que mover el de al lado, la chapa que hacía de pared trasera estaba puesta con la ondulación del revés de forma que el agua entraba hacia dentro, el tejado necesitaba arreglos, hacer la puerta no fue nada fácil, colocamos una antigua puerta metálica inutilizable como parte de la pared (y cómo pesaba!), pusimos 6 pilares para atar a las búfalas, una capa de hormigón para allanar el interior y darle pendiente… Poco a poco la cuadra fue tomando forma. Entre tanto también hicimos una pequeña ampliación a la caseta para colocar allí las cabras (anteriormente ya teníamos patos y gallinas, y una perra con tres crías de menos de un mes de edad. Este orfanato se está convirtiendo en una granja!).
Por otro lado las cabras y las búfalas necesitan hierba, mucha hierba… así que hemos dedicado toda la parte baja del terreno de huerta para plantar hierba: Primero vinieron a pasar los bueyes, luego retiramos todas las hierbas y maleza restante, y después fuimos sembrando poco a poco las semillas… al de unos días repetimos el proceso en la otra mitad del terreno. Pero claro, para separar la zona de pasto de la zona de huerta hace falta una valla… así que, qué mejor que construirla nosotros mismos! Esta historia la dejamos para un próximo post…
Lo dicho, por fin tenemos búfalas en nuestra granja!!
Nerea y Mikel
Voluntarios de larga estancia de Amics del Nepal para la casa de acogida de Bhimphedi y el programa de reconstrucción y mejora de la vivienda afectada por el terremoto.
P.D. ¿Os hemos contado que Ricardo y Jorge vinieron de Kathmandu anteayer y trajeron 4 conejos en la chistera? Sí. En Balmandir también tenemos conejos.
Beli es una de las maravillosas cuidadoras (Didis) del centro. Ella, junto con Maya, es la «madre» de los 28 niños y niñas que viven en nuestra casa de acogida. Y para todos aquellos que tienen hijos ya sabéis que no es un trabajo nada sencillo, ni para aquellos que tienen solo un hijo… Todo el mundo se las quiere mucho y a ellas no se les pasa nada por alto. Cocinan, cuidan de los niños, limpian la ropa de los pequeños, dan a los niños la medicación si tienen que tomar o les curan si se hacen heridas (cada cinco minutos), ayudan en el huerto, miran que los niños tengan el material escolar… Incluso encuentran el tiempo para cuidar a los voluntarios (si te despistas incluso te lavan la ropa)…
Beli se queda casi todas las noches a dormir en el centro, para cuidar de los pequeños y las niñas. Pero ella también tiene su familia. La casa de Beli era de dos pisos hecha de piedra, barro y madera; una construcción muy bonita, pero que no pudo resistir ni el primer terremoto.
Amics del Nepal, después del terremoto, ya inició algunas campañas de emergencia como distribuir tiendas de campaña. Pero siempre pensando en hacer un proyecto de mejora de la vivienda definitiva a medio y largo plazo. Pronto os explicaremos cómo va avanzando este proyecto en un nuevo post.
Pero Beli, decidió actuar más rápidamente, a fin de tener una casa donde pudieran vivir sus dos hijos ya en la época de lluvias. Así pues, pronto pudimos adelantarle el dinero necesario, y con la ayuda voluntaria de algunos de los niños mayores del centro y los familiares de Beli y dos paletas (mistris) empezamos a construir la nueva casa.
Poco más de un mes después, justo antes de que llegaran los monzones, ya tuvimos la casa lista. Y si ya pensais que esto tiene mérito, aún tiene más mérito cuando se sabe que un día no se puede trabajar porque un anciano de Chabeli murió, y el día después no da buena suerte trabajar. Otro día, antes de poner las piedras en los fundamentos, se celebra una ceremonia religiosa. Justo después de poner el techo, se debe hacer otra ceremonia. Y después de esta ceremonia, Beli debe organizar una cena donde están invitados familiares y trabajadores. Pero entonces uno de los trabajadores, el que prepara la mezcla de cemento (sin cimentadora, claro) bebe demasiado alcohol (roksi) y se cae y se hace un ojo morado… Al día siguiente no puede hacer la mezcla, así que no se trabaja. «Pero dice que mañana si que vendrá.» Nos dice Beli riendo. Una semana después del accidente, por fin, se puede retomar la construcción.
Seguramente tendrá que hacer alguna mejora en la casa, una vez hagamos el proyecto de mejora de viviendas, pero hay otras casas hechas con esta técnica, de un piso, con bloques y aguantaron los terremotos. Así que Beli está muy contenta de tener una casa nueva, y propia! Donde sus hijos pueden vivir cómodamente, protegidos de las fuertes lluvias de los monzones.
Gracias a todos aquellos que lo hacéis posible, tanto en nuestro país como Nepal.
Ricardo, miembro de la junta de Amics del Nepal y voluntario asiduo en Bhimphedi ha vuelto a nepal por quinto año consecutivo. Ricardo es el creador del proyecto TaperNepal, en el que se consiguen recursos para la casa de acogida de Bhimphedi a través de vender productos artesanales hechos en Nepal.
Este año Ricardo ha venido de India dónde estaba haciendo un curso para formarse en su profesión: Profesor de yoga. Pero además también es jardinero de profesión, lo que ha sido extremadamente útil en Bhimphedi cada vez que ha venido. Gracias a su energía, buen humor, ganas de trabajar, sus conocimientos y que es un manitas, cada vez que viene a la casa de acogida se consiguen cosas que parecían imposibles.
Este año lo fui a recoger al Tribhuvan International Airport (TIA), único aeropuerto internacional del país, situado en Katmandú. Y como es de esperar, Nepal nunca te deja de sorprender. Mientras lo estaba esperando, mirando si aparecía por el pasillo, ¡de repente aparece un mono! Hay monos por toda la ciudad (por los tejados, por millones de cables que cuelgan por las calles, por los templos…) ¿pero dentro del aeropuerto?
No era un mono pequeño, pero des de detrás del cristal toda la gente se lo miraba sonriendo. De golpe, pega un brinco y se cuelga del cristal, lo baja con asombrosa facilidad y tranquilidad. La gente se sorprende pero tampoco se pone nerviosa. Se acerca a un señor que está sentado. Le coge la botella de Fanta que tenia al lado del banco… el señor se lo mira… el mono le sopla amenazante. Pero el señor lo ignora, y el mono se sienta mirando su premio. De repente, le pega un mordisco a la botella y sale a presión la bebida. El señor sale corriendo. El mono sabe lo que se está haciendo, no es la primera vez… tranquilamente se pone a beber su Fanta y no se va del aeropuerto hasta que ha terminado. Finalmente llega Ricardo. Este país es genial. Un desastre en muchos sentidos… pero genial.
Ricardo:
De nuevo en Bhimphedi, una vez más. Este año era más necesario que nunca el venir a echar una mano; por el terremoto, por los nenes, por Dani, … por Nepal.
Y, para mi alegría, la casa de acogida está más bonita que nunca y lleno de vida. Los jardines con flores, la cuadra con animales, la huerta bien mantenida y Kali (la perrita del centro) a punto de dar a luz. Balmandir rebosa vida.
Nada más entrar viene corriendo Maya a ponerme la “tika”. Que buena és la “didi” Maya. Visito el orfanato y veo que no está el tallercito que dejé el año pasado. Bueno… pues lo montaremos otra vez. Por suerte, Kul se ha hecho cargo de casi todas las herramientas y solo hay que buscar un hueco donde volver a colocarlas ordenadas.
Ordenar, limpiar, quemar lo que no valga… Y en una mañana tenemos montado el taller y mi habitación. Hacemos inventario de lo que tenemos y lo que nos hace falta, un día de estos iremos a Hetauda a comprar con el dinero del TaperNepal de Bilbao y Zaragoza.
Mucha gente ha colaborada para que yo pueda volver, otra vez, a estar con estos chavales y a vivir un tiempo en Nepal. ¡Mi agradecimiento a todos!