Tras la llegada de las gallinas y terminar de arreglar la puerta del gallinero los niños deciden que quieren ampliar aún más la familia: el sábado irán a buscar peces! Kul y un par de ayudantes se ponen a reparar las comedoras en la zona de los animales que harán la función de pecera.
Kul y Papu arreglando la otra comedora/pecera.
El sábado comemos el desayuno, que consiste en un plato enorme de arroz con jugo de lentejas y verduras de temporada (esta comida se llama Dhalbat y es lo que todos los nepalíes comen dos veces al día, y en el centro de acogida no somos una excepción), y montamos la expedición para ir a buscar los peces: 19 niños y niñas y dos adultos, ¿seremos suficientes para capturar algún pez?
En invierno en Nepal es la época seca, no llueve casi nada en medio año. Así que el río del lado de la casa de acogida no tiene agua, y vamos a unos 3 kilómetros, donde baja otro río con un poco de agua, y llega a una pequeña presa donde los niños están convencidos de que podrán encontrar peces, y de paso los chicos más grandes hacer una zambullida aprovechando el día soleado.
Los niños mayores se adelantan, y una vez llegamos al lugar Edu y yo, ya han capturado un par de pececillos. Después de una hora, ya tienen 10 peces y tres cangrejos. Ahora toca comer el picnic y volver a casa sin dejar ningún plástico en el suelo… esto será más difícil que recoger peces…
El cemento de la «pecera» aún no está seco, así que los peces se quedarán en un cubo por un día. Dejo el cubo en la puerta la habitación de los voluntarios, pero el día siguiente no está! Qué raro… Son las 7 de la mañana y voy a decir buenos días a los niños. Entro habitación tras habitación, algunas sonrisas y algunas caras incrédulas que ya sea hora de levantarse. En una de las habitaciones, sorpresa, me encuentro con el cubo con los peces. Un niño dice que fuera hace mucho frío por la noche… Está bien, pero hoy ya los ponemos en su pecera.
Finalmente el tiempo da la razón al niño… un día después de ponerlos en la «pecera» todos los peces están muertos! Algunos han saltado fuera del comedero, otros yacen inertes… Pequeño fracaso… ¿Por qué habrá pasado? Los niños hacen sus hipótesis: el agua estaba demasiado fría porqué en esta comedora no toca el Sol, o tal vez se debe poner una red para que no puedan saltar, o tal vez el cemento debía reposar más tiempo…
Decidimos que nos olvidamos del proyecto de los peces hasta que haga menos frío, pero por la noche ya tienen otra idea. «Esta idea sí que es buena!», Aseguran. Incluso una de las cuidadoras, Maya didi, se la ve animada. Tenemos que traer patos!