El manitas de Balmandir

Escrito por Marina Viñas voluntaria de la casa de acogida

Las últimas tres semanas en Balmandir hemos tenido la suerte de tener nuestro «chispas» particular, Josep María. Desde que llegó no ha parado de trabajar. Él y su uniforme antimosquitos -mono verde y sombrero – estaban preparados para ponerse manos a la obra. Aquí de trabajo no falta. A menudo surgen contratiempos que dificultan las tareas planificadas, pero con paciencia, insistencia y persistencia finalmente todo se acaba solucionando, a menudo a martillazos.

Algunas de las puertas de Balmandir no cerraban del todo bien, pues los muelles estaban estropeados y había que ajustarlos. Después de reparar los muelles de las puertas delanteras y poner otros de nuevos en las puertas traseras de los dos módulos de habitaciones (sin instrucciones de montaje), ahora ya todo abre y cierra perfectamente.

También había que reparar algunas mosquiteras. A estos insectos también les gusta mucho vivir en Balmandir, hay un montón. De momento no sabemos cómo eliminarlos del exterior, pero por lo menos podemos intentar evitar que se nos cuelen dentro de las habitaciones, salas y cocina. Todas las ventanas tienen mosquiteras pero algunas estaban agujereadas, así que Josep María las cambió por unas nuevas. Todos estamos más que agradecidos, ya que ser los alimentos de estos insectos no es algo que nos apetezca.

Como quizás recordaréis, hace tres semanas llegaron dos ordenadores nuevos. Pero… ¿¡cómo los enchufamos?! Tranquilos. Nuestro manitas particular hizo una ampliación de la instalación eléctrica de la sala de los ordenadores. Ahora ya podemos trabajar cinco personas a la vez, cada uno con su ordenador.

Otra de las necesidades de Balmandir era la prolongación del desagüe de los lavabos y las duchas, ya que el que había hasta ahora desembocaba directamente en el jardín haciendo una gran balsa de agua justo al lado de los lavabos. Con la ayuda de algunos colaboradores de Balmandir se cavó un canal en el jardín para poder instalar unas tuberías y un canalón y así poder prolongar este desagüe para aprovechar el agua para regar el huerto.

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Josep y Joana trabajando en la prolongación del desagüe

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Prolongación del desagüe

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Pero para podernos duchar necesitamos agua. Y muy a menudo los depósitos están vacíos. ¿Por qué? Pues porque la bomba-motor se ha quemado. El agua de Balmandir llega directamente de la red del pueblo y se almacena en un gran depósito subterráneo. Esta agua se distribuye a otros depósitos situados arriba de cada uno de los módulos mediante esta bomba-motor. Sin este motor, los niños tienen que trepar arriba de los módulos para conectar los depósitos pequeños mediante una bomba pequeña que nos han dejado.

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Josep entrando en el depósito subterráneo
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Válvula de succión, dentro del depósito subterráneo
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Ramesh Thami y Kiran conectando el depósito de la cocina con el depósito subterráneo

Reparar esta bomba-motor ha sido una de las tareas que más se le ha resistido a nuestro «chispas». Tuvo que ir a Hetadua para comprar una de las piezas que se había quemado y había que cambiar… y una vez la volvió a instalar….¡¡no funciona la válvula de succión!! Pequeños momentos de desesperación por toda la faena hecha que parecía que no había servido para nada. Pero finalmente se consiguió que la bomba volviera a funcionar. Volvemos a tener agua! Pero hay que tener cuidado para que no se vuelva a quemar (no puede funcionar más de media hora seguida). Es por eso que José María ha hecho una caja de madera cerrada con llave para proteger el acceso al interruptor y que solo la controle un par de personas responsables.

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Pero al arreglar el motor Josep Maria alucina al ver la instalación eléctrica de la casa de acogida. ¡¡¿¿En este país no conocen los diferenciales i las tomas de tierra??!! Parece increíble pero es cierto: en ningún lugar están instalados y nos cuesta encontrar una tienda para comprarlos. Pero después de dedicar unas cuantas horas, nuestro chispas ha instalado un diferencial y con la ayuda de algunos de los chicos y voluntarios se han cavado dos agujeros para instalar la toma a tierra, una para la bomba-motor del agua y una para la instalación eléctrica de Balmandir. Realmente aprendemos muchas cosas. ¿Sabéis cómo se hace la instalación de una toma de tierra? Pues yo no lo sabía hasta ahora.

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Toma de tierra de la bomba-motor
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Toma de tierra de la instalación eléctrica de Balmandir

Pero esto no es todo. El proyecto que le hacía más ilusión a Josep Maria, y a todos nosotros, era reparar el columpio de Balmandir: las patas estaban torcidas y con la inclinación opuesta (cosa que provocó algún accidente) y además los rodamientos hace tiempo que se rompieron. En Barcelona, Ramón Coderch – miembro de Amics del Nepal – nos proporcionó unos rodamientos de primera calidad, así que estábamos bien preparados para la tarea. Así que hemos cavado dos nuevos agujeros para enderezar las patas de la izquierda de los columpios. Como todo, aquí no hay ninguna tarea sencilla. Al cavar uno de los agujeros nos encontramos una tubería con la que había que tener mucho cuidado de no tocar, por no tener un nuevo problema. Pero finalmente lo conseguimos, ya se han enderezado las patas y el xispas ya ha instalado los soportes. Ahora sólo falta poner los columpios y ya podremos columpiarnos.

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Antes de la reparación

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Después de la reparación

Tres semanas muy intensas. Ahora ya hemos despedido a Josep María. Le echaremos de menos, a él, a su mono verde y al sombrero. Y a su empuje y energía que han hecho posible toda este trabajo. ¡Muchas gracias Josep!

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