Escrito por Joana, voluntaria de la casa de acogida de Bhimphedi.
Una de las cosas que más me llamó la atención al llegar a Balmandir fue ver como algunos de los niños iban de un lado a otro del patio tocando un par de guitarras un tanto destartaladas y desafinadas (cosa nada extraña considerando el tute que llevan!) Algunos fregando las cuerdas frenéticamente y moviendo la cabeza a lo loco con pose cómica, otros más concentrados y practicando algunos de los acordes que Àlex, uno de los antiguos voluntarios, les había enseñado.
También resulta muy interesante descubrir un nuevo contexto musical con ritmos, melodías, danzas y lenguas completamente diferentes a las occidentales: aquí se baila a lo Bollywwod (o mejor dicho, a lo Kollywood, la variante nepalí de esta industria cinematográfica), las cantantes tararean con una voz en falsete muy aguda y las melodías y la instrumentación suenan del todo exóticas. No obstante, aquí tampoco escapan a la influencia occidental y los sonidos propios de la música nepalí se mezclan y fusionan con los de nuestro Pop. Además, al escuchar las listas de reproducción de los niños, entre los megahits de Raju Lama, Sugam Pokhral o Anju Panta, de repente te aparece One Direction, Justin Bieber o la señorita Shakira (les encanta el Waka waka!)
Con Marcel en seguida decidimos que con esta efervescencia musical teníamos que aprovechar la oportunidad. Así pues, él continua con el legado de Àlex enseñándoles a tocar la guitarra y yo, con algunos instrumentos de percusión y flautas de pico que recogí antes de viajar a Nepal, he empezado a introducir a los niños en el misterioso lenguaje de la música. Pentagramas, llaves, notas, silencios, tempo, negras, corcheas… un montón de conceptos desconocidos para los músicos noveles que poco a poco y con (mucha!) paciencia y esfuerzo van asimilando. Ah! Y no penséis que es sólo cosa de niños… Incluso Krishna, el director de Balmandir, se ha apuntado a nuestra pequeña orquesta! Si la cosa funciona y cuando los nuevos músicos cojan un poco de soltura, intentaremos tocar alguna cancioncita en conjunto, a ver como sale el experimento… Os iremos informando!
Y mientras tanto… continuaremos disfrutando de la sensación de cruzar el patio en dirección al huerto oyendo de fondo como los guitarristas, des de la glorieta, cada vez son capaces de encadenar más acordes o de acompañar sus canciones de Kollywood favoritas mientras las cantan con voz melodramática.