Ricardo, miembro de la junta de Amics del Nepal y voluntario asiduo en Bhimphedi ha vuelto a nepal por quinto año consecutivo. Ricardo es el creador del proyecto TaperNepal, en el que se consiguen recursos para la casa de acogida de Bhimphedi a través de vender productos artesanales hechos en Nepal.
Este año Ricardo ha venido de India dónde estaba haciendo un curso para formarse en su profesión: Profesor de yoga. Pero además también es jardinero de profesión, lo que ha sido extremadamente útil en Bhimphedi cada vez que ha venido. Gracias a su energía, buen humor, ganas de trabajar, sus conocimientos y que es un manitas, cada vez que viene a la casa de acogida se consiguen cosas que parecían imposibles.
Este año lo fui a recoger al Tribhuvan International Airport (TIA), único aeropuerto internacional del país, situado en Katmandú. Y como es de esperar, Nepal nunca te deja de sorprender. Mientras lo estaba esperando, mirando si aparecía por el pasillo, ¡de repente aparece un mono! Hay monos por toda la ciudad (por los tejados, por millones de cables que cuelgan por las calles, por los templos…) ¿pero dentro del aeropuerto?
No era un mono pequeño, pero des de detrás del cristal toda la gente se lo miraba sonriendo. De golpe, pega un brinco y se cuelga del cristal, lo baja con asombrosa facilidad y tranquilidad. La gente se sorprende pero tampoco se pone nerviosa. Se acerca a un señor que está sentado. Le coge la botella de Fanta que tenia al lado del banco… el señor se lo mira… el mono le sopla amenazante. Pero el señor lo ignora, y el mono se sienta mirando su premio. De repente, le pega un mordisco a la botella y sale a presión la bebida. El señor sale corriendo. El mono sabe lo que se está haciendo, no es la primera vez… tranquilamente se pone a beber su Fanta y no se va del aeropuerto hasta que ha terminado. Finalmente llega Ricardo. Este país es genial. Un desastre en muchos sentidos… pero genial.
Ricardo:
De nuevo en Bhimphedi, una vez más. Este año era más necesario que nunca el venir a echar una mano; por el terremoto, por los nenes, por Dani, … por Nepal.
Y, para mi alegría, la casa de acogida está más bonita que nunca y lleno de vida. Los jardines con flores, la cuadra con animales, la huerta bien mantenida y Kali (la perrita del centro) a punto de dar a luz. Balmandir rebosa vida.
Nada más entrar viene corriendo Maya a ponerme la “tika”. Que buena és la “didi” Maya. Visito el orfanato y veo que no está el tallercito que dejé el año pasado. Bueno… pues lo montaremos otra vez. Por suerte, Kul se ha hecho cargo de casi todas las herramientas y solo hay que buscar un hueco donde volver a colocarlas ordenadas.
Ordenar, limpiar, quemar lo que no valga… Y en una mañana tenemos montado el taller y mi habitación. Hacemos inventario de lo que tenemos y lo que nos hace falta, un día de estos iremos a Hetauda a comprar con el dinero del TaperNepal de Bilbao y Zaragoza.
Mucha gente ha colaborada para que yo pueda volver, otra vez, a estar con estos chavales y a vivir un tiempo en Nepal. ¡Mi agradecimiento a todos!