Después de caerse, hay que levantarse. Y eso es lo que nos toca ahora. En el centro vamos recuperando las rutinas pero sin olvidar lo que ha pasado. ni ignorar lo que está pasando.
El terremoto ha sido muy cruel con algunos distritos del centro-norte de Nepal como Sindhupalchowk, Kathmandu, Dhading o Gorka, donde han perdido la vida miles de personas. En Bhimphedi hemos tenido suerte, porque no hay victimas mortales aunque mucha gente ha perdido la casa y hay muchas familias que no tienen un sitio cubierto donde dormir. Se anuncian lluvias para los próximos días y muchas familias tienen miedo de que las casas afectadas terminen de caer y por tanto, algunas duermen al raso y otras comparten el cubierto con sus vacas (muchas de las familias que viven dispersas por las montañas tienen una economía de subsistencia que se sustenta por la gestión de un huerto, algunas gallinas, cabras y un par de vacas o búfalas). Naturalmente, a nivel sanitario esto es preocupante, y más teniendo en cuenta que no disponen de atención médica en la proximidad.
Ahora más que nunca, todos nos tenemos que preguntar «¿y yo que puedo hacer?». Debido al terremoto no sabemos cuando empezará el curso escolar, así que los niños tienen mucho tiempo libre y decidimos aprovechar este tiempo para augmentar el área conreada y así, en el futuro tendremos más verduras y necesitaremos menos apoyo de Barcelona. De manera que este dinero se puede dedicar a ayudar a los damnificados por el terremoto.
Por nuestra parte, Laura y yo vamos al pueblo a hacer un reconocimiento y ver cuales son las necesidades. Primero visitamos la casa de Beli, una de las trabajadoras del centro y después la casa de Sanu, una de las mujeres que ayudamos para que sus hijas gemelas vayan a la escuela. Las dos casas estaban hechas de piedra y barro, de dos pisos y están destrozadas, no las podrán utilizar más.
Después vamos a hablar con el comité de la cruz roja y el VDC (Village Development Comitee) que sería el equivalente al ayuntamiento. En estas reuniones nos transmiten que la necesidad más urgente es proveer de tiendas a las familias que no pueden dormir en una casa. Han recogido información durante estos días y hay unas 300 familias en esta situación y solo han podido proporcionar 61 tiendas (y de muy baja calidad).
Así que nos ponemos manos a la obra! Nos ponemos en contacto con Amics del Nepal de Barcelona, y los increíbles voluntarios se ponen a mover todos los hilos necesarios. En pocas horas me mandan un mensaje maravilloso diciendo que sigamos adelante con la operación «tiendas de campaña» gracias a la donación de Carlos Recoder Miralles. O quizás deberíamos decir la aventura «tiendas de campaña»… porque aquí en Nepal, todo termina siendo una aventura…
Esta misma noche nos reunimos con Ram i Anju, una pareja fantástica del pueblo, ella es profesora en la escuela pública y él es farmacéutico y miembro del centro de salud del pueblo. Y nunca tienen un «no» para nadie que necesita ayuda. Se alegran muchísimo de que tengamos el visto bueno para proveer a las familias afectadas con tiendas y se comprometen a conseguir el transporte de forma gratuita! Y que nos acompañaran a comprar las tiendas al mejor precio posible. Hacen una llamada y nos dicen para continur mañana a las 6 de la mañana. Nos disponemos a irnos y nos despedimos hasta las 6, pero ellos ya nos dicen… os llamaremos cuando lleguen, hemos quedado a las 6 «tiempo nepali»… En cualquier caso… Hasta mañana por la mañana!